miércoles, 1 de diciembre de 2010

Delicias matinales



Me levanto por la mañana, a ciencia cierta me levanta el dolor de estomago, el dolor de aquellos alimentos procesados por mi cuerpo en el transcurso de la noche y que pugnan por salir. Así que, para que finalmente el dolor se retire, debo expelerlos de mi cuerpo, lo que no es tan fácil como parece, no se si sera la edad o el código genético legado por mis creadores, pero los primeros esfuerzos por hacer salir a esa desdichada cosa de mi cuerpo son en vano. Es como si el cuerpo necesitara que lo vuelva a llenar con algo antes de dejarme evacuar. Entonces, tengo que tomar un zumo, jugo, aclaración importante la de mi presencia en España, que me lleva a decir zumo en vez de jugo, nevera, en vez de heladera y etc. mas, que llevan a mi progenitor a reírse de mis palabras en cualquier ocasión en la que visito mi país, tengo que tomar, como decía, algo, lo que sea, y a los dos minutos salgo disparado al toillete, excusado, sala de baño, baño, w.c., etc., que es a donde me dirijo ahora, después de tomarme un te con pan y manteca. Igualmente no siempre es satisfactoria la primera visita al baño, incluso la segunda, la realmente satisfactoria es la que saca afuera como si fuera una maquina de tirar pelotas de tenis todo lo que se halla guardado en ese cajón de comidas pasadas procesadas, esperando estoy por ello. Gracias por venir.

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