jueves, 28 de julio de 2011


Recuerdos de un viaje ajeno

Sábado

La agónica tristeza de la soledad parece ahora dibujarse de antemano. Tu vos llego tan clara y firme después de no escucharla por semanas, como si supieras y me esperaras hace tiempo. Las condiciones del clima y la falta de vento (dinero) hicieron imposible mi partida antes de tiempo. Tal ves pensando en encontrarte pospuse el viaje, mitigando mi dolor entre alguna que otra amante ocasional, circunstancial, desviando así mi intrínseco laberinto de sentimientos.

Los días se fueron acortando, los recuerdos esfumándose progresivamente como la niebla que ayer cubría en parte la ciudad.

Jueves

Antes o después del crepúsculo, las sensaciones se fueron compaginando, fueron dando forma a la eventual disputa entre lo que fue y no es, entre eso que definitivamente no se puede describir con palabras.

Mas allá se creo un flujo entre las palabras que se dijeron en el presente y que tarde llegaron a sus oídos, catapultando este día entre un antes y un después “Lo que vendrá”.

Que vendrá? Me preguntaba en aquellos días tan a mil, casi inalcanzables hoy, tan dispersos y perdidos como el otoño que da paso a un nuevo invierno cada ves mas gélido. ¿Será el calentamiento global que no disipa tan fácilmente las constantes incógnitas que me dispara ese viaje?

Lunes o anda a saber...

Si, lo se sobre manera, aquella visita había tenido el infortunio de la verdad.

Antes de emprender aquel viaje tome la decisión de sacarme esas falsas expectativas que me había formado en torno a ella. Lo se también, nada es definitivo, un no como respuesta tiene un si intrínsecamente ligado, una necesidad de echo, de estar tan contagiado, tan deliberado al azar, a sentir tan libremente en cualquier esquina la presencia de ese amor inalcanzable.

Lunes again

Una puñalada certera en el corazón puede ser menos mortal que el aguijón que se clava con el desamor, o desaparece el amor sin dejar rastros.

El tango es una música por excelencia que da cuenta del desamor; “a mi me gusta el tango” me dijo una ves Rachel, ella era tan suave, su piel aterciopelada, sus manos firmes con un anillo en cada una de ellas que no se sacaba ni para hacer el amor; y una vos tan dulce, profunda, que sonaba como la vos de una locutora radial.

miércoles, 27 de julio de 2011

Cansado


Abajo de casa canta una mina, que tiene rasgos orientales pero canta en ingles, de momento. El niño se acaba de dormir en mis brazos con dificultad, el brazo izquierdo quedo resentido. Un bichito de esos que se juntan en los alimentos en mal estados insite en pasar por la pantalla hasta que lo mato con mi dedo. Pausa calada, mientras fumo en el balcon veo a la mina que canta vender un cd, nuestras pausas estuvieron sincronizadas. Cuando la vi por primera vez pense que seria lindo sacar el contrabajo al balcon y acompañarla desde aca arriba, pero estoy muy perezoso y para sacar el muerto al balcon tendria que despertar al niño, ya que duerme entre el contrabajo y la puerta, y eso no esta en mis planes. Los dias pasan y no me gano la loteria, no me contrata nadie conocido y sigo tirando como hace tiempo. anoche toque el le kasbah con los muchachos y otra vez nos quedamos hasta tarde. Dormir, como me gusta dormir, pero ahora seria dificil con la mina que canta abajo de mi casa. Usa una amplificacion pequeña, pero solo de aspecto. Empiezan a aparecer otros motivos por los que no sacaria el instrumento al balcon, el tema del sueño es uno, otro es que empieza a cantar como si le estuvieran pisando el pie, no es que en realidad yo haya escuchado a alguien cantar mientras le pisaban el pie, pero me imagino que si te pisan el pie seguro que cantas asi. Le saque una foto con la reflex que nos regalo Angelito, un arreglador de bicis callejero y la verdad es que se abre el diafragma demasiado y me salen moviditas. Llega la Maga y me pregunta por la oriental usando esta forma que nos caracteriza tanto a los argentinos, a pesar de ser francesa, de usar una sola denominacion para los ojos rasgado, o para las nacionalidades, ¨otra vez esta la china?¨. Los dejo, voy a comer unos tomates.

lunes, 25 de julio de 2011

Chorreando un verso


Chorreando un verso



Me faltó el amor como antaño
las vidas ya se fueron
quedaron ajenas del anverso
como decir puedo, pero…
¿quiero?
Quererte me es ajeno
distancias varias
momentos en exceso
la piel, la miel que vuelve
chorreando un verso
perverso, tieso
accesorios siempre dispuestos.

Me faltó el amor como tantas veces
crucé esta ruta
acero-piedra-cemento
elegí a soledad
por el momento
me lleva austero, sin condenas
arrabalera
mística
las veces melancólica.
Voy por cierto midiendo
cada paso, sin pasos las huellas
borrosas ya exasperan
carcomen y comen
lo que es y ya no
lo que estaba y desapareció
aquello que amamos y perdura
en el reverso
de esta pagina filosa, misteriosa
tan irresolutamente desértica

Me falto el amor
aunque solo el amor pueda sostener
me falta el amor
aunque todo lo que necesites sea amor
¿me faltara amor cuando ya seamos tan etéreos
y las palabras
sobren en la mesa?

Como me cuesta


Como me cuesta

Como me cuesta escribir hoy de la vida, de una sonrisa, de una tita, de una rhodesia, de doña Tita y los ñoquis de papas que se mandaba todos los 29 de meses impares en años pares, y al contrario con los meses pares de años impares, que maña que tenia, que la pacha la conserve. Como me cuesta escribir de las serpientes en el chino y del corriente: año, día, agua, luz, chau fun, chau myn, chau salsipuedes, de los fideos con tuco que voy a preparar esta noche me cuesta hablarles, de la desdicha de un amor que se hace esperar y desespera, y se mezcla con la comida y es un revuelto gramajo, una orgía gástrica que descerebra y debe ser por eso que ni ganas de escribir.

Soy de pensar que son momentos nomas, pero de que??? de aletargamiento, de sed sentimental, de apunamiento, de conejos cavando en pleno invierno, de cenizas precipitándose lento, es tiempo ya de volver a escribir, solo eso.

¿Recuerdos?¿Nada mas?

Con un titulo mas adecuado para una poesia, cuento o lo que sea, de mi hermano, comienzo este relato con tintes amarillistas, por momentos.
¿Que fue de la tuquera aquella, en la que una mano levantaba su dedo medio en señal de desprecio a anda saber que, que mi padre dejo caer alegremente desde la ventana del 4to. piso del hotel Waikiky, en el mismo centro de la ciudad de Cipolletti, frente a la plaza, para ser mas exactos? ¿Quedaran restos de aquellas neuronas que cayeron junto a la tuquera como para recordar acaso detalles de aquella jornada?
A mi alguna me queda, recuerdo a dos muchachos tirados en el suelo de la habitacion agarrandose la panza de la risa, a un hombre mas grande que los muchachos riendo de la misma manera en la cama, y al recepcionista del hotel llamando por telefono para remitir la queja de un cliente alojado en una habitacion conjunta.
Mientras esto se cocinaba de esta manera, Eduvina, la empleada domestica, habia hecho un hueco en su dia de descanso para cocinar tortas fritas para la llegada del padre de los muchachos, que habia telefoneado desde el hotel Waikiky para pedirle a los mismos que lo fueran a buscar.
Bajar del hotel despues del llamado del recepcionista no fue dificil, pasar por recepcion, a mi, deduzco, no lo recuerdo claramente, me debe haber causado una terrible verguenza, todavia no conocia las maravillas que puede hacer el alcohol con la verguenza de la gente, lo dificil fue el camino que decidimos emprender a pie, aproximadamente 20 cuadras.
Mi hermano se veia totalmente ridiculo con su pelada de campo de concentracion, producto de tener que pasar un año aprendiendo lo mas importante que un hombre debe aprender, usar un arma y robarle cosas a los compañeros del batallon. Como decia, lo primero que debiamos hacer al salir del hotel para llegar a nuestra casa, y por ende a las tortas fritas, era doblar a la izquierda, y alejarnos de la plaza, lo que hicimos fue cruzar casi en diagonal la plaza y sentarnos en un bar que estaba abajo del cine, que despues se convirtio en iglesia emanquelista, Martin y yo, a mirar a nuestro padre bajarse un wiskhy con hielo, mi padre a lo ultimo descripto. A continuacion del wiskhy continuo el dificil trabajo de llegar a casa a comer tortas fritas, dificultado, por cierto, por la aparicion de bares a los que mi padre no podia dejar de entrar, a probar, por supuesto, el wiskhy con hielo que servian alli. Creo que jamas habia pensado en la cantidad de bares que hay en la avenida Esmeralda, pero al llegar a casa, Eduvina estaba llendose, se despidio de nosotros con una gran sonrisa, subimos y las tortas fritas no estaban recien hechas, igual dimos cuenta de ellas ante la cara enojada, un poco, siempre que venia el viejo se ablandaba, de la vieja, la cara enojada de la abuela Lola, y el alegre pedo del viejo.